Lo que escucha en su cabeza una mujer X en una semana cualquiera de su vida.
Tengo que comprarme bombachas. Se está terminando el delineador. Y el jabón líquido. Abrir las ventanas mientras preparo el desayuno. No hay más tapers limpios. Cuando vuelvo lavo la ropa delicada. Hay que lavar el auto. Hay que cortar el pasto. Tengo que bajar de peso de una vez, no puedo gastar en ropa que ya tengo. Debería hacerme una mascarilla y sacar un turno en el dentista. Habría que hacer el cambio de la obra social. Hoy toca yoga. Tengo que organizarme para terminar el trabajo antes de fin de mes. No hay más algodón, ni desodorante de ambientes. Tengo que descongelar la heladera. Recién es 7.¿Nos alcanzará la plata? Hay que invertir en un ventilador. Deberia ordenar las cosas del baúl, no lo toco hace meses. ¿Qué vamos a comer? Este shampoo también me da alergia, hay que cambiarlo por otro. Volvió este dolor de mierda, la puta que lo reparió. En unos días me indispongo. Tengo que pasarme la maquinita. Y volver a usar crema corporal, se me está escamando todo el cuerpo. No tengo más jabón neutro para la cara. Otra vez telarañas. Y humedad en el techo. Debería caminar más, ¿pero en qué momento? Hace mucho no llamo a X. Falta pagar la última boleta del gas. Tengo que imprimir comprobantes. Y sacar turno para la obra social nueva. ¿Cuál fue la fecha de mi último chequeo? Uffff, qué paja pasarle el trapo a los muebles. A ver qué puedo tirar de todo lo que se fue amontonando acá. ¿Cómo puede ser que hace dos días ordenamos la mesa y el futón y hoy están llenos de cosas de vuelta? No queda más ropa limpia. Esto tiene una mancha. Se me volcó toda el agua. Ya que salgo para yoga a la vuelta puedo comprar carne picada. Estoy cansada. Ya está oscuro, hay que prender la luz de la entrada. Y sacar la basura. No hay pan para mañana, de vuelta a salir. Qué riquísimo está esto, qué suerte tenemos de poder comer tantas cosas que nos gustan. Me caigo de sueño. Apagar la luz y poner a cargar el celular antes de acostarse. Cuando vaya a comprar el delineador no puedo olvidarme de traer tafirol, pervinox y algodón también. Deberia mensajear a las chicas, hace rato que no hablamos. Pasar por lo de la abuela a ver si precisa algo. Pero la concha de la lora, me olvidé el celular. Hay que lavar el auto, revisarle el agua y la presión de aire, cuando cobre el resto del trabajito sí o sí le compramos ruedas nuevas. Ahora, pasar por la verduleria. Papas, zanahoria, puerro, cebolla común y de verdeo, zapallo, espinaca, lechuga. Un maple de huevos. Pensar que nos mudamos con la ilusión de salir a caminar por el parque al menos dos veces por semana. También necesito la siesta, todo no se puede. Pero ya llega el calor y no caminé lo suficiente y ahora va a ser una recontra paja caminar toda chivada. ¿Qué comemos hoy? Quiero llorar, estoy angustiada y no sé por qué. Deben ser las hormonas. O la preocupación. No, ya sé: las noticias tristes. Bueno, hay gente que está mucho peor. Escribo, tomamos mate. Qué hermoso sos, qué linda es esta vida, la puta madre. Quiero reír y llorar y dejarme la piel en cada cosa que hago. ¿Vamos a ver el atardecer al río? Me vino. Todavía no lavamos el auto. Bueno, los vidrios aunque sea. Otra vez creció el pasto. El mes que viene sin falta hago lo de la obra social. Hay olor a humedad en los placares. Echar sal en los huecos de los caracoles. Hoy toca sacar los reciclables y los patógenos. Preparar insecticida para que no empiecen a entrar los grillos y las cucarachas. ¿Debería barrer y baldear la vereda o es al pedo, total es calle de tierra? Tengo ganas de volver a ver esta película que nos gustó tanto. ¿Y si vamos de picnic un fin de semana a San José? Me olvidé de ponerme bloqueador solar. Estoy llegando tarde. Qué ganas de tomar cerveza, pero tendría que aflojarle un poco igual. Estoy cansada. No vi a las nenas en toda la semana. Hace mucho que no salimos. Siento angustia y culpa por sentir angustia. No te preocupes, duermo y se me pasa. Anoche soñé re loco, de nuevo un mundo primitivo, o quizá post apocalíptico. Y el otro día soñé que volaba. Dicen que el sueño de volar implica una necesidad de fuga. Lo que más quisiera es apagarme un rato, un ratito, pero ni siquiera en la meditación logro dejar de pensar en los pendientes, en que no se pudran las verduras en el cajón, en aprovechar bien el tiempo. Lo más parecido a apagarme es esta purga de palabras y hablar con vos, hablarte aunque sea en mis pensamientos. ¿Cómo que no te comenté que iba a hacer esto hoy? Perdón, debo haber creído que te lo dije, ya no estoy muy segura de qué pasa afuera y qué adentro de mi cabeza. Estoy mejor del dolor, pero volvió la infección de la piel. Esta semana sí o sí voy a caminar más, aunque llueva. Igual no me puedo enfermar hasta el año que viene. Falta poco, ya casi es noviembre. Otra vez a comprar regalos de cumpleaños. A veces siento una furia que me prende fuego, un enojo conmigo misma, una rabia hacia el mundo, una culpa por querer todo, todo, la chancha y los veinte, todas las vidas. Pensar que alguna vez fui Wonder Woman y hoy puedo tan poquito, tan, tan poquito. Somos átomos en un universo que se expande hacia su final. Ya está seca la ropa, la entro. ¿Qué vamos a comer? Muero de cansancio, no sé por qué si no hago prácticamente nada. Ahhhhh, qué hermoso acostarse y levantarse en esta cama y sentirse feliz todos los días.